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Toda la semana |LA NUEVA GENERACIÓN DE COSTURERAS

Modistas 3.0: las herederas de un oficio que no pierde vigencia

Arreglan prendas a domicilio y hasta toman pedidos vía redes sociales. El oficio nunca pierde vigencia, menos en estos tiempos en los que las mujeres trabajan tanto tiempo fuera de sus casas

Modistas 3.0: las herederas de un oficio que no pierde vigencia

Samanta Presta se dedica a la costura hace 20 años / EL DIA

12 de Noviembre de 2023 | 07:36
Edición impresa

“No toco ni una aguja; ni para coser un botón”, afirma rotundamente Mercedes (43), contadora, casada y madre de tres hijos. “Estoy todo el día fuera de casa y cuando llego no tengo ganas de hacer quehaceres domésticos y de algunos hasta me olvido. Sabés las veces que los chicos fueron a la escuela sin un botón del guardapolvos, o con un bolsillo descosido!”, se sincera. ¿Cómo resuelve la situación? Le manda un WhatsApp a la modista del barrio, que los sábados a la mañana pasa a buscar las prendas a arreglar y en la semana se las devuelve intactas. “Lola me salva!”, resume la profesional.

¿Quién es Lola? Una joven de 25 años, que antes paseaba mascotas y que ahora porta el título de “la modista del barrio”. No “salva” solo a Mercedes sino a decenas de vecinas y vecinos que “o no tienen tiempo o directamente no saben cómo hacer un dobladillo o poner un pitucón”. “A mí me encanta coser, bordar, hacer arreglitos. Lo hice desde chica y me re entretiene, además de que ahora es mi principal fuente de ingresos”, cuenta.

Lola aprendió el oficio de su abuela Aurora. De hecho, hoy hasta vive en la casa en la que conviven hasta su partida, a los 93 años.

En ese hogar del centro platense ambas compartían la pasión por las agujas, la máquina de coser, los alfileres de cabezas redondas de colores... “La nonna hacia una ropa divina; hasta vestidos de novia. Yo empecé como su ayudante y fui aprendiendo mucho. Heredé su oficio y luego las máquinas y la clientela. Ahora me modernice un poco, pero la antigua Singer sigue acá, firme. Es mi inspiración”, se emociona la joven.

Como Lola, hay numerosas modistas de la nueva generación, que han encontrado en la costura su medio de vida. Y lo han hecho aggiornándose a estos tiempos: creando redes sociales donde promocionar su trabajo, subiendo su marca a Google para captar más clientes y hasta yendo a domicilio a buscar las prendas, para ofrecer un servicio más completo.

ENTRE HILOS Y AGUJAS FULL TIME

Samanta Presta (43) se dedica a la costura hace 20 años; comenzó muy jovencita. “Mis primeros pasos los di viendo a mi mamá coser, en la adolescencia. Y luego, a mis 23 años, comencé a estudiar en la escuela de 1 y 42 ‘Confección del vestido’ durante dos años. Luego estudié en el IACC ‘Diseño de indumentaria’ y seguí capacitándome en Delego”.

“Comencé a dar clases de corte y confección, corsetería, ropa para bebés y niños, y corte fácil en la Secretaría de Cultura de Berazategui durante 15 años, formando a más de 100 alumnas por ciclo lectivo”, recuerda esta modista que ama la docencia.

“El año pasado empecé una nueva etapa, acá en La Plata, con mi atelier (en la zona de 22 y 60), brindado servicio de Modista, en el cual ofrezco reparaciones de todo tipo y también prendas a medida, trabajos de alta costura y sastrería”, dice.

“En mi emprendimiento nuevo apunté a hacer publicidad boca a boca, y las recomendaciones de mis clientas y clientes ayudaron muchísimo a mi crecimiento”, cuenta Samanta (su Instagram es @roparota_modista).

 

“Venía cosiendo con una maquinita familiar y pensé que la costura podría ser una salida”

 

“Remendar y volver a utilizar nuestras prendas ayuda a enfrentar mejor la economía y también a reutilizar y ayudar a cuidar el medio ambiente”, dice Samanta, que ya proyecta volver a enseñar.

“El próximo año volveré a retomar la docencia ofreciendo clases de moldería a medida. Enseñar el oficio de modista y brindar herramientas para que puedan seguir con el legado de ser modista que hoy somos pocas las que nos dedicamos a esto, sabiendo que nos permite trabajar desde casa y poder estar con nuestros hijos mientras hacemos nuestras tareas, así como también simplemente ahorrar en costos y tener nuestras prendas a medida que muchas veces no encontramos prendas en nuestras tallas”, subraya.

Por su parte, Naphtali Piazza (34) se hizo conocida por ser la famosa “modista a domicilio”, allá por 2018, cuando Chiche Gelblung la descubrió en un semáforo de la 9 de Julio y más tarde la entrevistó. Esa fue la primera de decenas de notas que le hicieron e hicieron que su negocio tuviera gran éxito.

Samanta, con su fiel compañera: la máquina de coser / EL DIA

“Mi emprendimiento surgió a partir de la crisis económica. Me casé muy chica, con una persona mucho más grande que yo y sufrí violencia doméstica. Prácticamente estaba encerrada en mi casa, sin poder tener poder adquisitivo. Pasados algunos años, surgió una crisis muy grande en el país y se dio que mi ex marido ya no podía mantener la casa. Yo en ese momento tenía un vehículo utilitario, lo vendí y me compré un Citroën, que es un autito económico que me encantaba, por mi pasión por el diseño. Yo ya venía cosiendo con una maquinita familiar que me había regalado mi papá y pensé que la costura podría ser una salida”, recuerda Napthali (su Instagram es @modistalaplata).

 

“Este es un medio de vida que me permite estar en casa con mi hija”, dice Samanta

 

“Yo estaba embarazada y en 2015 pude tener la posibilidad de empezar a trabajar. Me acuerdo que le puse al auto un papel con el WhatsApp y arranqué a trabajar de modista a domicilio. Mi explosión fue cuando me separé, en 2018. Ya había sentado las bases de mi negocio: armé una clientela, practicaba, me capacité en la ciudad de Buenos Aires, me compré máquinas. Cuando me fui de mi casa familiar pude armar mi Facebook y empezar a hacerme conocida. Mi explosión más fuerte fue un día que estaba estacionada en la 9 de Julio, en un semáforo y en el auto de al lado estaba el periodista Chiche Gelblung. Miró el auto que decía ‘Modista a domicilio’ y me dijo: ‘Tu idea es brillante’. Me dio una tarjetita para que lo llamara. Lo hice y fui al canal Crónica; empecé a dar muchísimas notas y me volví famosa, aunque a mi no me guste mucho decirlo”, ríe.

Naphtalí se dedica a la sastrería: arreglos y confección / EL DIA

“Fue increíble. La gente me frenaba para saludarme. Fue fabuloso hasta la pandemia, que estuvo todo muy difícil. Yo después empecé a bajar los niveles de exigencia y de exposición porque mi nena era más grande y además no me fue muy bien con las empleadas y demás. Cuando reflexiono pienso que cuando uno está desesperado y no tiene recursos económicos, la creatividad aumenta. Hoy en día tengo mis necesidades cubiertas y es un lema para mi el de ‘no tener de más’ para no entrar en zona de confort, que no me gusta mucho porque corta la creatividad”, sostiene.

“Hoy en día pude rediseñar mi negocio y no soy modista nada más. Me dedico de lleno a sastrería unisex y a arreglos de cuero. Trato de traer lo que se viene, que hoy en día es la sastrería, la vuelta a los 90s, a la comodidad y la elegancia. La sastrería sport es lo más. Reciclo ambos, camperas de cuero. Todas prendas de buena calidad, que muchas veces me las traen de ferias callejeras. Mi negocio hoy en día volvió a hacer un boom, porque es algo que ya no se hace. Para rediseñar un ambo hoy estoy una semana. También hago confecciones desde cero: desde un disfraz hasta un vestido. Me pasan una foto, hacemos presupuesto y hago lo que me pidan”, cuenta.

 

“Me encanta coser, bordar, hacer arreglitos. Lo hice desde chica y me re entretiene”

 

“Con el tema de los precios, yo estoy asociada a una entidad que regula el valor de cada trabajo, así tenemos una guía con el mínimo que podemos cobrar. También estipula la hora de modista, porque a veces cambiar un cierre lleva varias horas, dependiendo la prenda. Esta entidad nos da mucho orden y reconocimiento. Se refiere al Sindicato argentino de trabajo a domicilio textil y afines, que hoy regula la actividad.

 

Algunos valores

Los valores de mis trabajos son por cambios de cierres de pantalones $2.500 (con material incluido)

Cambios de cierres de camperas $3.200 (todo el material incluido)

Dobladillos de jeans $2.200

Achicar pantalones $2.500

Agrandar pantalones o faldas $3.000 (con material incluido)

Dobladillos de vestidos de fiesta aproximadamente $ 3.500.

 

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