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Cambia el paradigma: cambia la moda

Desde los desfiles hasta las producciones de publicidad y la indumentaria están resignificándose en este nuevo mundo

Cambia el paradigma: cambia la moda

En Milán, los locales de indumentaria abrieron y extreman las medidas de higiene / AFP

MATILDE CARLOS
Por MATILDE CARLOS

24 de Mayo de 2020 | 05:11
Edición impresa

Sin dudas ya podemos hablar de un antes y un después en nuestras vidas a partir de la irrupción de COVID-19. Desde las más altas esferas del sistema político-económico mundial hasta los hábitos cotidianos y privados, todo ha sido afectado por esta pandemia que no diferencia entre ricos y pobres y que nos iguala frente a lo desconocido. La moda, en tanto industria y fenómeno socio-cultural no está exenta de esta realidad y atraviesa un punto de inflexión.

Hace tiempo que se vislumbraban cambios en relación con las formas de producir y de comerciar; la tendencia slow fashion se fue imponiendo ya no sólo en la periferia del sistema, sino que comenzó a ganar espacios en el mainstream de la moda. Hoy cobra importancia la sustentabildad y la búsqueda de contar con prendas que duren más para desalentar el consumo exagerado que lleva a la súper producción en condiciones de trabajo esclavizantes.

Se prevé que a partir de la pandemia las marcas y diseñadores prestarán más atención a los hábitos de consumo responsable y se irán implementando mayores controles en cuanto a trazabilidad de los productos y la cadena de valor. Justamente dentro de esta tendencia se incluye la necesidad de contar con materias primas y espacios para la elaboración fronteras dentro. Si algo dejó claro el COVID-19 fue que interrumpido el transporte y el engranaje se detiene. Una enseñanza a tomar en cuenta, sin dudas.

Hoy cobra importancia la sustentabildad y contar con prendas que duren más

 

Otro punto a considerar es el de hacer más lento el ciclo de la moda. La producción en función de las temporadas es una exigencia que lleva no sólo al agotamiento creativo y la saturación del mercado, sino a una escalada que pone en jaque al sistema mismo. Habrá que pensar en un calendario que responda a otras circunstancias ya que en vistas del cambio climático a nivel global, cada vez es menos claro el límite entre las estaciones; algo que en las pasarelas viene quedando demostrado cuando se lucen botas texanas con sutiles vestidos y equipos de verano o prendas tipo lenceras debajo de gruesos abrigos en invierno. Por ello, tal vez el nuevo paradigma de los eventos de moda sea el de realizar presentaciones sólo dos veces al año en lugar de las seis que existen hoy en día.

LA SITUACIÓN A NIVEL LOCAL

En nuestro país la cuarentena tiene el vilo a la sociedad y a la actividad económica toda. No es de extrañar entonces que la Cámara Argentina de la Moda haya emitido un comunicado alertando sobre la realidad que atraviesa el sector.

En dicho reclamo se destacan los siguientes pedidos: “Habilitación de los protocolos sanitarios para poder empezar a abrir los locales de forma segura; acceder a créditos más accesibles para un rubro que ya venía en crisis y que, con esta situación, entró en una emergencia económica que debe atenderse de forma urgente; la necesidad de fabricar en el mercado local los productos que se venían importando”. La Cámara hizo hincapié en que resulta imperioso “apostar y asegurar la producción y el desarrollo de la Industria Nacional”, a la vez que propone convocar a todas las fuerzas involucradas para “pensar en el futuro y evaluar estrategias para establecer un nuevo modelo de negocio, donde se priorice la calidad y el valor de los productos de la industria y el trabajo de su gente”.

No podemos desconocer que la industria de la moda no sólo abarca al sector de producción de indumentaria o accesorios, sino que implica todo lo relativo al mundo editorial –fotógrafos, estilistas, editores, medios de comunicación-, así como las industrias de belleza, de insumos y también el transporte y la comercialización. Por ello resulta imprescindible aunar esfuerzos para no dejarla sucumbir y buscar posibles formas de reactivación.

NUEVOS PARADIGMAS

En medio de la crisis siempre surgen las oportunidades. Si bien el comercio digital ya era una realidad instalada, la pandemia logró acelerar el proceso que tiende a aumentar el flujo de ventas online y que llegó para quedarse. En estos meses de cuarentena grandes empresas y PYMES se pusieron al día con el e-commerce logrando sino sostener un cierto volumen de ventas, al menos no tener que cerrar sus puertas definitivamente. Opciones como compra futura o promociones con importantes descuentos y cuotas fijas comenzaron a poblar las redes sociales con gran aceptación del público. Esta modalidad exigió aceitar los mecanismos de entrega y logística, pero no son pocos los locales que logran sostenerse gracias a la rapidez de reflejos para acomodarse a la realidad.

“Tal vez el nuevo paradigma de la moda sea realizar presentaciones dos veces al año”

 

Y también los desfiles y presentaciones se han volcado al escenario digital con videos y performances que sin intentar sustituir las experiencias presenciales, buscan mantener el contacto con clientes y fashionistas en un contexto de aislamiento y puertas adentro de los hogares.

Por último, una reconversión interesante. Muchas empresas que vieron frenada su producción volcaron los recursos a la fabricación de barbijos o insumos para cuidados frente al virus. De este modo, la tan mentada responsabilidad social se hace presente cuando más se la necesita. Pero en relación con los barbijos premium o de lujo surge una reflexión: debemos replantearnos qué sentido tiene pagar fortunas por un objeto que sirve para cuidar la salud en un contexto tan vulnerable.

Una de las lecciones a aprender sin dudas, es la de no banalizar la pandemia y una de las enseñanzas que deja es que es la misma sociedad y son los propios consumidores quienes detectan los casos de oportunismo denunciándolos e invitando a no comprar sus productos. De ese modo, lo que pretende ser un signo de estatus propio de otros tiempos, hoy se vuelve un esnobismo inaceptable.

Lo dicho, la moda no es ajena al contexto, lo expresa y se transforma con él. En tiempos de COVID-19 deberá reconfigurarse y demostrar que está a la altura de las circunstancias. Lo ha hecho en otras crisis y está demostrando que puede volver a hacerlo ahora. Seremos testigos de este cambio de paradigmas y de un nuevo despertar. Estemos atentos.

 

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