Verano de pileta: la pandemia disparó las ventas

A falta de certezas sobre el comportamiento del coronavirus en la temporada de verano en el país, cada vez más platenses buscan asegurar su vacaciones con una pileta en casa.

De material, de fibra de vidrio, y las clásicas y populares de lona, son las más buscadas en las empresas del rubro, que vieron un incremento en sus ventas entre un 60 y 80 por ciento más que años anteriores.

Con todo, la imposibilidad de irse de vacaciones causada por la circulación del virus, el acceso a financiación y la garantía de un descanso seguro, hicieron que el sueño de la pileta en casa sea una de las pocas consecuencias positivas de la pandemia.

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VENECITAS EN SICARDI

El 2 febrero de este año, cuando todavía la sopa de murciélago era un plato asiático extravagante para la mayoría de los habitantes del planeta, en la casa de Eugenia y Agustina, en Sicardi, hubo festejo de cumpleaños.

Con casi 40° de térmica, los invitados hacían cola para remojarse en la pelopincho, después de un combo de hamburguesas de carne o veganas, música electrónica y cerveza.

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“Influyó el COVID-19. No estaba en nuestros planes hacer la pileta ahora mismo”

No sabían, cómo anticiparlo, que asistían a la última fiesta del año.

“Influyó el COVID-19. No estaba en nuestros planes hacer la pileta ahora mismo”, reconoce Eugenia (46). “Si había ganas, pero no pensábamos hacerla ya”, dice en plena construcción de la pileta de cemento, para la que contaron con la invaluable ayuda de los amigos.

“Debido a que la gente no se puede ir de vacaciones, se va a quedar en la casa, se están vendiendo piscinas en lugares donde la gente nunca pensó tenerlas”

Ezequiel Trípodi,
Venta de piscinas

“Estuvimos averiguando y no había mucha diferencia entre las de material y las de fibra”, cuenta “el costo de construcción, la pileta en sí, con las lajas puestas y la bomba hidráulica, nos salió 255 mil pesos, de 2,50 x 6 metros”.

Un metro más le hubiera costado casi el mismo valor que las venecitas, que sumaron 100 mil pesos más. A eso hubo que agregarle 35 mil pesos de luces, lo que suma un total de alrededor de 400 mil. ¿Financiación? “Claro que sí, nunca tuve plata ahorrada”, dice Eugenia, que es bancaria y sacó un crédito para encarar la construcción de la piscina.

Sus amigos se ilusionan: capaz que en febrero, alcohol y barbijo mediante, se puede reeditar la fiesta.

EL IMPACTO EN LAS EMPRESAS

Ezequiel Trípodi, de Igui Piscinas, una de las empresas más reconocidas del sector, indicó a El Día que entre agosto y octubre de este año, se observó un incremento en las ventas de piletas de entre el 60 y el 80 por ciento, “teniendo en cuenta que estamos en la temporada que siempre registra un crecimiento importante respecto del resto del año”, dijo.

“También debido a que la gente no se puede ir de vacaciones, se va a quedar en la casa, se están vendiendo piscinas en lugares donde la gente nunca pensó tenerlas: espacios chicos donde nunca pensaron poner una pileta, hoy la están colocando para vivir el verano en su casa”, explicó.

Se están vendiendo muchas piletas de 2 x 3 metros, de 2x4 metros, piletas rectangulares, minimalistas, con venecitas, en lugares reducidos, y hay un porcentaje elevado de piletas de menos de 5 metros que en otros tiempos, informó el vendedor.

Las más requeridas son piletas de menos de 5 metros para colocarse en lugares de 8 metros, mientras que el modelo estándar de la pileta de fibra es de 6 metros y viene con venecitas, muy a la moda, o con playa húmeda.

La reactivación de la demanda en este rubro es una de las pocas consecuencias positivas del COVID-19 y las formas de prevenirlo: el aislamiento social y la no circulación de personas.

“El impacto es importante porque estuvimos tres o cuatro meses inactivos, tanto las fábricas como nosotros, y de repente hay que formar grupos de trabajo, dividir los grupos para poder instalar y cumplir, y las fábricas se ven impactadas porque tienen una venta muy grande y con un stock reducido porque estuvieron tres meses sin actividad”, aseguró Trípodi “en pandemia, lamentablemente la gente no puede hacer lo que desea, pero a nosotros, particularmente, nos genera más trabajo”, reflexionó.

“Igual la política de la empresa es vender lo que sabemos que vamos a poder cumplir, y no que por el hecho de vender después no podamos ofrecerle al cliente lo que compró y necesita”, dijo el representante de Piscinas Igui, que lleva vendidas dos piletas por día este mes.

PLAYA DEL CARMEN EN BERISSO

María Laura Guerrero y Juan viven en Altos Los Talas, en Berisso, y venían masticando la idea de la pileta desde hace un tiempo. El COVID-19 y la creencia en que no podrán salir de vacaciones terminó de convencerlos. “Vamos a estar en casa refrescándonos”, dijo ella, que considera que a largo plazo es una buena inversión, pese a que inicialmente puede parecer mucho dinero. “Se amortiza con el correr de los años”, razonó.

“Elegimos fibra porque es más sencillo en cuanto a la colocación y mantenimiento. Adicionalmente, le sumamos una playa húmeda”

María Laura Guerrero,
Los Talas

En su caso, optaron por una piscina de fibra de vidrio, con una profundidad de un metro y medio en toda la pileta para que pueda disfrutar toda la familia. “Elegimos fibra porque es más sencillo en cuanto a la colocación y mantenimiento. Adicionalmente, le sumamos una playa húmeda”, se ilusiona María Laura, que aún espera la colocación.

La inversión demandó un total de alrededor de 400 mil pesos, según el precio que cerraron con el fabricante, antes del último aumento del dólar. Pagaron al contado, lo que les permitió negociar el número, y le sumaron luces y vereda perimetral antitérmica. “Lo bueno de estas piletas es que si te cansas las podes cambiar de lugar o vender y cambiar por otro modelo”, destacó.

De los insumos para mantener el agua, sabe que van a gastar un poco más que con la pelopincho “pero seguramente menos que ir a la pileta de un club todas las tardes”, comparó y agregó que “no fue un punto a evaluar ya que estas piletas vienen con un kit completo de limpieza y recirculado”.

Sí tuvieron que hacer el pozo de agua, que les demandó otros 50 mil pesos y como en la zona donde viven no tienen agua corriente, tendrán una pileta de agua salada. Con playa húmeda, como Playa del Carmen. Porque hay formas y formas de estar en el Caribe.

PRECIOS Y FINANCIACIÓN

Los precios varían mucho: van de los 200 mil pesos hasta las 500 mil. Depende del tamaño y de los “chiches” que se quieran poner a la piscina. Los sistemas de filtrado e iluminación suelen hacer la diferencia.

En cuanto a la financiación, hay Ahora 12 y Ahora 18, que sumado a un pequeño anticipo puede cuotificar el pago de obra para disfrutar la pileta esta temporada.

Para las piletas de fibra de vidrio, los tiempos de colocación dependen del modelo que se elija. Normalmente, va entre los 30 y 45 días de instalación. La ventaja que tienen estas piletas es que se instalan en dos días y al tercer día ya se puede usar. Además tienen revestimientos resistentes que no necesitan pintura, y un sistema de filtrado que no requiere productos químicos básicos para el mantenimiento.

Las piletas de lona, según el tamaño, van desde las más pequeñas, 500 litros y 1.3 de largo por 95 cm de ancho, a $3.100; pasando por una mediana de 1500 litros, 2 metros por 1.47 a alrededor de $5.000 hasta las maxi piletas: de 7.800 litros 4 metros por 2 a $16.500.

“Elegimos una pileta de 10 metros x 3.6 con playa, porque trae una playa más profunda que la tradicional y un banco”

Christian D’Amichi,
Villa Elvira

PLAYA PROFUNDA EN VILLA ELVIRA

Los D´Amichi tuvieron que correr unos árboles de su terreno en el barrio de Villa Elvira para poder cumplir el sueño. También era un proyecto pendiente de Christian y su mujer, que tienen tres nenas. El COVID-19 y el hecho de que seguramente no podrán salir de vacaciones los convenció. Eligieron una pileta de 10 metros x 3.6 con playa, “porque trae una playa más profunda que la tradicional y un banco”. Pagaron 380 mil sin financiamiento. El verano sabe dónde los va a encontrar.